Con el nombre de un ciclón
derribaste mi casa de ladrillo,
he buscado,rebuscado, demolido
todos los cimientos.
Nada bajo la almohada,
tras el armario, tras el visillo,
solo ha quedado en pie tu cepillo
de dientes en el lavabo.
Me pregunta cada día
su uso, su futuro, su motivo…
sin palabras le sonrío
y le suspiro:
«Ahogarás en el desuso,
sentirás en tu pesar el glaciar mas frío,
la sorpresa de no sacar mas brillo»
(la creencia de
estar en una casa de ladrillo.)