Llega el frío como un puñal,
me acerco, soy erizo,
me acerco y me pincho
contra tus agujas de metal.
El sonido de otra lata
anuncia otra tarde ahogado,
poesías mal escritas,
acordes mal tocados.
Veo la tabaquera de Pessoa
soy un zombi quemando marrón
guardián entre el centeno de una copla
buscando un señor muy pequeño y cabrón.
El oído me salva el recuerdo
de apoyarme sobre tu pecho,
vértigos y máscaras,
es el mes de la cebada.