Con un largo estertor
una niebla por mis ojos se arrastra,
una profunda respiración
anuncia como proeza salir de la cama,
agarro resaca, nórdico y manta
y los suturo contra mi cuerpo.
Mucho frío fuera, tierno calor dentro,
si me quedo, no creo que pierda nada,
me envuelvo… ¿Empezaré la metamorfosis?
Anhelo una estufa que genere calor por mi,
pienso en el exterior, montaña nevada,
un escalofrío furioso juguetea…
No, hoy no me incorporaré,
hibernaré en mi calida cueva improvisada,
seré testigo del paso de un lustro
escondido tras mis sábanas y almohada,
al otro lado de la persiana
cada cual luchará sus guerras, compartirá sus sueños,
medio vivos, medio muertos,
medio nada,
mas yo, seguiré oculto del hielo y las personas
en este pedacito de cielo que es mi cama.