Diario de un idiota

Se me escapa de las manos
cada suspiro que sale de ti,
no sé cómo hacer para
cuidar que no sepas que soy imbécil,
para poder respirarte en cada verso
que sale de tu sonrisa,
para aunarme en tu flor de helecho.
No sé si podré salir de tu mirada
de tus tonterías que me llaman al alba,
eres una marabunta de dedos enlazados
y pies fríos como un témpano.

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