Echo de menos todo,
desde tu cara parpadeando
intermitente,
hasta el final imposible de tus ojos,
Venus corriendo por mi mente,
con tu pelo corto
piscina en la que ahogarme,
con tus delirios, celestes entes,
que me arrastran a tu orilla
llena de promesas rotas
donde busco encontrar cristales
con los que reconstruir tu flota.