Giro ciento ochenta grados,
el horizonte sigue ahí,
qué sentido tiene buscar
la sombra que nunca está.
Me arrancaré las escamas,
dejaré de ser pez.
Dejaré mis valores en la barra
para quien quiera recogerlos,
me cansa llevar camino
de zarzas, estrechos,
me refugio en mis sueños
donde tu ser real,
se difumina de la realidad
y me escurro perdido en tu cuerpo
como si hubiese otra oportunidad .