Ver llegar tus lunares
salpicando tu falda,
tu sonrisa abanicando
la prestura de tu risa.
Acunando el alba,
siguiendo tus pasos,
pies que trastabillean
al ritmo de unos perdidos
en tu gramola.
Sonidos como tu risa
que veneren el tosco suspiro
que se queda,
ente extraño que en tu luz
Me marchita.
Sueño
despertarme en mis errores,
juntar como luceros
este blanco y gris que
tu silencio me graba.
Perderme en cada mundo
edicto en cada rama,
con tus panales de adviento,
con mi cara
hundida en tu pecho.