Islas sin orquesta

Con los primeros rayos

se calienta el alma,

luz de mañana

que alimenta su nombre,

como su despertar,

maraña de calor que palpita,

con solo olerla desquicias,

reina de un rey sin reina.

Sin el sabor de sus besos,

descubro

más  cerca el infierno.

 

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