Encarnizados biombos,
tras una lucha en cristales
se quema,
la luz de una hoguera apagada.
Cristales que araño,
cristales que reflejan mi vaho
como espejos
curtidos en la noche.
Son gotas que caen sobre la sien
las que me indican
que te cansaste de mi,
que mis labios hablan
a otro corazón esquivo.
Que mientras la arena cae,
me enroco en mi derribo
de golpes en repetición,
del sabor de lo vivido.