Puerto Mataperros

En el puerto Mataperros
no llegan barcos
solo corsarios,
las calles rezuman cerros,
latas vacias, charcos.

Se arremolinan ecos,
armonía que atrapa,
calles pintadas de piel
se funde oro e incienso
en esta fontana.

En el puerto, creo,
trastabillean adoquines,
se asombran a cada vela
que suele ser de atrezo,
mercaderes parlanchines.

Dicen, no se si es cierto,
que aquí los deseos se conceden,
y manda la ley ferrea que dice
aquí no se mata a hierro,
y sólo a hierro se muere.

Tormentas de tu ayer

Como el rayo aparece
en tu figura de destello,
iluminando todo el cielo
en esta noche que perece.

Me atormenta el trueno
que me recuerda,
me retumba en el pecho,
que era cuanto deseabas.

Tus labios ajenos
susurraban la huida
sin ser capaces de
decir adiós a esta herida.

Y retumba el trueno,
percusión maldita,
agita el pensamiento
tus días de puta y diva.

Retumba el trueno
a kilómetros de aquí,
oigo tus gemidos distantes
mentiras de tu verdad,
truenos infames.

Otro hueso

Es el principio de otro hueso,

carne abatida, aplastada

bajo mis dedos.

Asfalto del que huyó, nada

a donde me aferro,

sueños húmedos cansados de trabas

que recoge este invierno.

Trabas escondidas en tus polvos

de deseo,

en tus piernas tierra amable,

oasis de cariño,

no puedo más, mi cielo.

Desembarco cruzando las olas,

mar que alumbra tormenta,

aurora

que al pensamiento no cesa.

Bella

Estás ahí,
ventana que no se partir,
como estatua
que busca huir.

Ñiña de ojos eternos,
sol del invierno,
busco hielo que herir
bajo tus pies de cemento.

Sueño con mezclarme
con tu piel incesante,
década sin tu sentir
ansia de mi hambre.

Fundido en tu abrazo
me sueño descalzo,
bajo tu bello semblante,
descubro tus manos.

Palancas

Me pierdo,
atenazado de veneno,
las dudas sacuden mi cabeza
con el amanecer
de todos mis secretos.

Del tiempo,
busco tus senos
tras estas latas de cerveza,
con el atardecer,
de todos mis miedos.

Te huelo,
colchón y estiércol,
reina de las cerezas.
con el anochecer
de todos mis sueños.

Oda al muro

Rodeado de égidas
me asomo a un nuevo horizonte.
Asolado por épicas
que me conducen sin norte.
Asomo el ojo por si
apareces sin avisar
y cuentas los cuchillos.
Que quizás ya no se si,
tres o quizás más,
corrompieron el camino.

Κερδοσκοπικά σχέδια

Derrumbadas las piezas del dominó
tengo que recoger y comenzar de nuevo,
con el lastre de este Sísifo
cojo la piedra
para llegar a un final que no veo.

De estas herrumbres, corona de espino,
hay silencio del norte bello,
se ausenta el mar bendito,
se asoma la puta
de Babilonia con su jadeo.

Caen como derrumbe, desnudo vivido,
movimientos de este tablero,
años ha mal escritos,
esta vez el error
fue confiar los hechos.

Quizás no hay árbol que meza y no
cicute el plan que deseo,
nogal que repose herido,
tabas mal tiradas,
esclavo de los besos.

Puertas magulladas

Me deshago de nuevo,
puertas magulladas, techo roto,
marco erosionado, marco rojo,
he chocado de nuevo.

Con tu puto celo,
con tu placer hediondo
de faltar en lo mas hondo
del carmín de mi pecho.

Miss Carousel de las espadas
de esta lucha a cuestas,
espinas cada vez más afiladas.

Todavía allí resuena
aquel refrán que canta
«quién con niño se acuesta…»

Remo

Remo a cielo abierto,
remo herido al norte,
remo sabiendo que
remo a remo
buscando el norte.

Remo tras tu cielo,
remo en este bote,
remo sabiendo que
remo y remo,
buscando el norte.

Remo por tu recuerdo,
recuerdos de mis errores,
remo sabiendo que
remo o remo,
buscando el norte.