Que la mejor manera de vivir
es desconfiar,
es saber que todo
te defraudará.
Que entre tú
y tus demonios
se reparte el castigo,
que ni yo conmigo,
soy capaz de tratar.
Y con cada día pasado
más acuno este buzón
lleno de fracturas,
escucho esa voz
con eco de dulzura,
de frecuencia creciente,
la llamada del vacío,
susurros al final de mi mente.