Me equivoqué,
suerte que ahora tengo
todo el tiempo del mundo
para tirarme de los pelos.
Casi un año de
esfuerzo por respirarte,
resultó en un desahucio
por un pequeño percance.
Me queda quererte (sin molestarte)
y recordar el Marzo a tu abrigo,
oleadas de cuchillos que merezco,
todo perdido.
Imbécil, has tirado tu oportunidad
en un antro roto,
has quemado los barcos
por los que darías todo.
Siempre te lo dijo,
siempre tenía razón,
y ahora tú, triste, maldito,
ahora tu comes
la vergüenza y la mierda que mereces,
tu castillo de arena
se lo llevo la marea,
tus naipes volaron,
puto apostador de grajos sin alas,
come la mierda que mereces,
come la bilis de mañana
y los esputos que tu cuerpo genere
cuando sienta la ausencia
de quien lleva buscando meses.
Que como Nerón
quemé la ciudad
y golpeé contra la pared la cabeza,
golpeé y golpeé, parece no quiebra,
perdí lo más hermoso que tuve,
por no beber cerveza.
Mas, lo soluciono a litros
de espumosa, espumosa feria,
de amarga y dulce belleza,
de paredes y golpes en mi cabeza.