La calma

El sedante más potente

tu cálido y dulce abrazo,

me fundo sobre tu hombro y cuello,

me parto sobre ti fragmentado.

Como una puerta al universo de la calma

tus brazos me rodean y el mundo

desaparece, no me siento ahogado.

Respiro, olores de otro marzo,

es agua fresca, viento del norte,

vidas asíncronas que no conocen

cómo compartirse en el letargo

vidas que buscarán sus labios

y rodarán sobre sí mismas

hasta encontrarte soñando a su lado.

Agua fría

Dejo el agua correr,

un paso al frente para romper su camino,

empiezan a navegar las gotas

arrastrando con ellas lo que haya en mi piel.

Bajan sinuosas creando ríos,

cascadas de suciedad por los precipicios,

buscando el camino más limpio

que las conduzca hasta mis pies.

Disminuyo la temperatura,

debo comprobar si puedo notar el frío,

me sumerjo y siento el mundo arder.

Mi boca deja salir una canción

con el volumen al mínimo

y cada palabra al nacer

araña mis adentros, me perfora…

No pasa nada, bajo esta lluvia

mis ojos se camuflan… Vertigo,

busco un apoyo de salvación, la pared,

pulso inestable, cierro el grifo,

sigue haciendo frío.

Letargo

Con un largo estertor

una niebla por mis ojos se arrastra,

una profunda respiración

anuncia como proeza salir de la cama,

agarro resaca, nórdico y manta

y los suturo contra mi cuerpo.

Mucho frío fuera, tierno calor dentro,

si me quedo, no creo que pierda nada,

me envuelvo… ¿Empezaré la metamorfosis?

Anhelo una estufa que genere calor por mi,

pienso en el exterior, montaña nevada,

un escalofrío furioso juguetea…

No, hoy no me incorporaré,

hibernaré en mi calida cueva improvisada,

seré testigo del paso de un lustro

escondido tras mis sábanas y almohada,

al otro lado de la persiana

cada cual luchará sus guerras, compartirá sus sueños,

medio vivos, medio muertos,

medio nada,

mas yo, seguiré oculto del hielo y las personas

en este pedacito de cielo que es mi cama.

 

Abismo

Negro y frío abismo,

sigo cayendo…

¿Cuánto tiempo más seguiré?

Me acelero, agujero infinito.

Aceleración constante…

¿Desde cuándo estoy aquí?

Busco agarrar una mano, un hilo.

La velocidad aumenta…

¿Cómo voy a parar?

Me adentro en el vacío.

Imagino a mis demonios…

¿Qué habrá en el fondo?

Una hostia contra el olvido.

La presión araña la cara…

¿Habrá una red de hojas?

Salpicaría dulce rocío.

La oscuridad me absorbe…

¿Podré trepar este pozo?

Pasos que daré perdido.

 

57

Recorro una espiral de extraños,
No entiendo los tumbos, son
Vivencias, empujones, saltos
Por donde me dejo caer
Memorias pérdidas, restos de ser.

Sonámbulo, aturdido de nuevo
Por una mañana aleatoria,
Somos desconocidos, tiemblo
Fue ayer cuando contigo volé
A un nuevo paraíso? Devoré.

Confusión sin límite,
Son de Silvio las serpientes
Las que se enredan en mis dedos
Se agitan y dejó que de mí se alimenten
Midas del veneno
Una respiración profunda desaparece

Metamorfosis,
Vuelvo a ser gusano, comeré
Los restos que supura el pasado
Desnudando tu olvido vomitaré
Tu desprecio, acidez…

Reconocer poco a poco
El error, los ángeles del norte,
Que recibieron más golpes en su lomo
Que gotas en un diluvio,
Con su piloto en espera, descansan

Me pellizco a ver si me noto
Necesito hibernar,
Flotar en el Danubio
Dejar de pensar…
Qué haremos esta noche cerebro?
Lo que hacemos todas las noches
Tratar de olvidar el mundo.

El mes de la cebada

Llega el frío como un puñal,
me acerco, soy erizo,
me acerco y me pincho
contra tus agujas de metal.

El sonido de otra lata
anuncia otra tarde ahogado,
poesías mal escritas,
acordes mal tocados.

Veo la tabaquera de Pessoa
soy un zombi quemando marrón
guardián entre el centeno de una copla
buscando un señor muy pequeño y cabrón.

El oído me salva el recuerdo
de apoyarme sobre tu pecho,
vértigos y máscaras,
es el mes de la cebada.

Los tres ladrillos

Con el nombre de un ciclón
derribaste mi casa de ladrillo,
he buscado,rebuscado, demolido
todos los cimientos.

Nada bajo la almohada,
tras el armario, tras el visillo,
solo ha quedado en pie tu cepillo
de dientes en el lavabo.

Me pregunta cada día
su uso, su futuro, su motivo…
sin palabras le sonrío
y le suspiro:

«Ahogarás en el desuso,
sentirás en tu pesar el glaciar mas frío,
la sorpresa de no sacar mas brillo»
(la creencia de

estar en una casa de ladrillo.)

Como un latido

Como un latido

como un tic-tac noto

los latidos en mi oído…

Como si el baile

de esas agujas finas

decidiese pasar

como un latido

una eternidad.

Como un latido

desaparece mi consciencia,

mi entendimiento, mi ser…

Como tu garganta

agitando hilos de viento,

como tu latido

me apago con tu silencio,

como un latido,

como un latido.

Los monstruos de mi cama

Como un niño,
hoy no quiero ir a dormir
hay monstruos debajo de mi cama
y se meten en mi mundo,
para poder verles sonreir
y me cubran de caricias…
Mundo onírico perfecto
que no debería tener fin,
son los monstruos mas bonitos
que hayais visto,
vienen a por mi…

Terror a una alarma
que como un agudo grito
me recuerda tu ausencia
y un fantasma que huye
en cuanto lo intento abrazar,
el terror de dormir
no es dormir, es soñar,
es sentir tus mejores besos,
el terror es, despertar.